Imagem capa - Él es mi Tango por Marina Teves Rodrigo Videla
About our inspirations

Él es mi Tango


Como todo comenzó.


Bueno, a decir la verdad, ya se siente un poco raro. Jamás he escrito un blog, ni una historia, ni una simple linea ni nada. A pesar de mi educación como Profesora de Inglés, nunca escribí nada para mi, siempre tuve que escribir algo que me pedían para la universidad. Esta vez, por primera vez, estas lineas van a salir de mis sentimientos.


Me gustaría comenzar por presentarme y compartir con ustedes un poquito de mi relación con el Tango y como toda esta historia comienza. 

Desde que era una niña pequeña, viviendo en una ciudad chica en la provincia mas chiquita de Argentina (mi amado Tucumán), tuve una relación muy cercana con el Tango. Mi abuelo, por parte de mi mamá, fue un gran amante del Tango. Mi dulce abuelo Antonio. Todavía recuerdo claramente las mañanas muy tempranas cuando me despertaba escuchando esa “música pasada de moda” en la radio de mi abuelo. Despacio comienzo a despabilarme, con los ojos aun dormidos y mis pelos parece Mafalda, me levanto de la cama y voy hacia el baño. Allí puedo verlo a través de la puerta entreabierta. Puedo ver que mientras se esta afeitando, esta cantando tangos. Se peina con mucho gel, no deja ni un cabello desordenando, mientras sigue cantando. Cuando sale del baño le digo: “Abuelo, cambia esa música aburrida, por favor!”. Me mira como si nada, apenas sonriendo, me acaricia el pelo y se van sin decir nada. La rutina continua. Mis hermanos y yo estamos desayunando, y allí aparece nuevamente, como una estrella de cine. Vestido en un traje beige impecable, una camisa blanca y corbata marrón. Sus zapatos bien lustrados brillan, y aunque ya no puede caminar con facilidad y se tiene que ayudar de un bastón, él no pierde su elegancia. Nunca. Él está siempre elegante. Se sienta en su reposera y cierra sus ojos, quizá queriendo recordad sus épocas de gran milonguero y sigue escuchando Tangos en su vieja radio. (Años más tarde mi mamá me contó que sus orquestas favoritas eran las de D’arienzo y Biagi). 


Esa era nuestra rutina, cada día la misma historia, las mismas acciones, el mismo orden. Para mi y para mis hermanos, todo ese Tango en las mañanas era una tortura, claro! Si nosotros queríamos ver los dibujos en la tele. Pero me acuerdo de una mañana en especial. Mi abuelo, con sus ojos cerrados, escuchado la radio. Hasta ahora, la misma imagen. Pero de pronto, lagrimas comienzan a rodar por sus mejillas. Mi hermanito se preocupa y va inmediatamente a verlo y le pregunta: “Abu, por qué estás llorando? Si vos siempre me decís que los machos no lloran”. Hay un silencio. Mi abuelo mira a mi hermano y le dice dulcemente: “Algún día, cuando seas lo suficientemente mayor, vas a entender que los machos si lloran y el por qué. Especialmente vas a entender por qué un Tango puede hacerte llorar”.


Por supuesto, ni mis hermanos ni yo entendimos lo que quizo decir ese día. Pero ahora si.


Así es como esa pequeña semillita de Tango fue plantada en mi alma. Era una niña chica con todo un mundo por descubrir, con la inocencia y la ternura por haber sido criada en una familia amorosa, con un abuelo amoroso. Ahora entiendo todo, lo puedo ver claramente. Él, Don Antonio Gambarte, mi abuelo, un caballero, un hombre de verdad. Él es mi Tango. 


Algunos años mas tarde recién empece a bailar. Pero esa es otra historia . :)


Y vos? Cuál es TU Tango?


Marina. 


How everything started. 


Well, to tell you the truth, it already feels a little weird. I have never written a blog, a short story, not a simple line or anything. Despite of my English education, I have never written something for me, I was always asked to write something, a given topic. This time, for the fist time, these lines will flow from my inner thoughts.


I would like to start by introducing myself and share with you a little bit of my relationship with Tango and how all this story begins. 

Since I was a little girl, living in a small city in the smallest province in Argentina (my beloved Tucuman), I was in a close relationship with Tango. My grandfather, on my mother’s side, was a big Tango lover. My sweet grandpa Antonio. I remember clearly the early mornings when I wake up listening to that “old fashioned music” on my grandpa’s radio. Slowly I start to wake up, with my eyes still sleepy and with my hair looking like Mafalda, I leave the bed and walk to the bathroom. There I can see him because he leaves the door partially open. I can see that while he is shaving, he is singing tangos. He combs his hair with gel, not a single hair is in a bad position, all the time he is signing. He leaves the bathroom and I say to him: “Granpa, change that boring music, please!”. He looks at me and says nothing, only smiles and touches my hair. The routine continues. Me and my siblings are having our breakfast, and he appears again, like a movie star. All dressed in a beige suit, with a white shirt and a brown tie. His shoes are shining, he cannot walk properly, he has to help himself with a stick, but he doesn’t loose his elegance. Never. He is always elegant. He sits in his coach and closes his eyes, maybe he wants to remember his days as a great milonguero and he is listening to Tangos in his old radio. (Years later, my mother would tell me that his favorite ones were D’arienzo and Biagi). 


That was our routine, every single day, the same actions, the same order. For me and my siblings, all that Tango in the mornings was a torture, of course! We wanted to watch our cartoons. I remember one special day. My granpa, with his eyes closed, listening to the old radio. So far, the same image. Suddenly, tears start to flow from his eyes, and roll through his cheeks. My little brother is worried and he goes immediately to him and asks: “Grandpa, why are you crying? You always tell me that real men never cry”. There is a silence. My grandpa looks at my brother and tells him: “One day, when you are old enough, you will understand why a man cries. Especially if you understand that a Tango can make you cry”.


Of course, I didn’t understand what he meant that day. But I do now. 


That is how that little seed of Tango was planted in my soul. I was a little girl with a whole world to discover, with the innocence and tenderness of being raised by a loving family and a loving Grandpa. Now I understand everything, I can see it clearly. He, Don Antonio Gambarte, my Grandpa, a gentleman, a real man. He is my Tango. 


Some years later, I started to learn to dance. But that’s another story. :)



And you? What is YOUR Tango?


Marina


      Mi abuelo, don Ramón Antonio Gambarte. / My Grandfather, Ramón Antonio Gambarte.